martes, 3 de mayo de 2011

Producto 7: Breve narración sobre algún elemento presente en la información

Ninguna época en la historia ha tenido una juventud tan rebelde como la nuestra, las mujeres se liberaban del embarazo con la Píldora anticonceptiva, sonaban nuevos ritmos en la radio, el rock and roll con los Beatles y sus greñas largas, los lugares donde la libertad se basaba en hacer el amor y no la guerra, donde fumar marihuana era común y donde nuestros padres odiaban todo lo que hacíamos en contra de las buenas costumbres y con su autoritarismo trataban de controlarlos, pero ya jamás podrían hacerlo porque teníamos ideas, pensábamos por nosotros mismos y exigíamos del mundo un lugar, para ser y no solo para obedecer.
Por aquellos años gobernaba el país una elite que desde siempre estuvo al servicio de los grandes capitalistas dueños de fábricas, de bancos, de negocios financieros, de grandes comercios y de gigantescas extensiones de tierras. El presidente de la república en turno era Gustavo Díaz Ordaz; el secretario de gobernación Luis Echeverría Alvarez. La izquierda radical se componía con maoístas, espartaquistas, trotskistas, guevaristas; la izquierda paraoficial era el Partido Comunista.
Internamente, en el país se vivía el agotamiento del modelo de “desarrollo estabilizador” que, al iniciarse en 1954, había creado riquezas que, en vez de distribuirse con justicia, sólo habían beneficiado a un pequeño sector de grandes empresarios. Tanto en el gobierno de Ruiz Cortines como el de López Mateos y el de Díaz Ordaz, se había logrado consolidar una gran burguesía burocrática y financiera que, asociada al capital norteamericano, dominaba la economía y la política nacional. Los campesinos, los obreros, los empleados, los estudiantes, además de pobres y marginados, no encontraban perspectivas interesantes de vida. Pero el consumismo y la enajenación en las clases medias se hacía mayor.
Se encontraban en la cárcel acusados de “disolución social” los ferrocarrileros; algunos maestros; líderes de movimientos estudiantiles de Puebla, Michoacán y Guerrero; campesinos acusados de invasiones de tierras; decenas de políticos que fueron ligados con luchas armadas o acusados de terroristas; otros más que fueron líderes del movimiento médico. Se habían registrado también asesinatos como el del campesino Rubén Jaramillo, del estudiante Enrique Cabrera, y muchos más.
Tanto despotismo de un gobierno que no escuchaba a las clases populares y tanto joven con nuevas ideas hacían que el mundo entero se inflamara, empezara a agrietarse y eso iba a explotar, de forma violenta, con estruendo en las calles y con gritos de consigna, como sea que fuere pero nuestra voz tenía que ser escuchada.
El planeta se inflamó. Parecía que surgía una consigna universal. Tanto en París como en Berlín, en Roma o en Turín, la calle y los adoquines se convirtieron en símbolos de una generación rebelde.
La naturaleza de las protestas estudiantiles, o de aquellas en las que los estudiantes desempeñaron un papel muy activo se trataban de una toma de conciencia ética más que política y, en consecuencia, de una revolución moralista más que política. Un activismo cuyo énfasis, en opinión del escritor mexicano Octavio Paz, no radicaba en una definición del hombre “como ser que trabaja, sino como un ser que desea”.
Deseábamos justicia social para los campesinos, deseábamos que existiera justicia para los trabajadores de los ferrocarriles, deseábamos que los maestros tuvieran mejores prestaciones, deseábamos un país que no estuviera inmerso en la corrupción y diera miseria a la mayoría para favorecer a unos cuantos, deseábamos libertad para opinar y participar en la sociedad que nos toco vivir, así que salimos a las calles, tomamos nuestra voz como bandera y creímos que seriamos escuchados, pero no sabíamos que pasaría.
Los sucesos se iniciaron a las 18:00 horas en la plaza de las tres culturas, lugar donde realizábamos un mitin estudiantil que había congregado a 10.000 personas, el cual formaba parte del movimiento de protesta, iniciado en julio de ese año, contra la actitud gubernamental. De repente, surgieron en el cielo luces de bengala, a manera de señal, y se escucharon disparos provenientes de todos lados. Todos intentamos huir de forma despavorida y el Ejército, compuesto por cerca de 5.000 hombres dotados de equipo blindado y que había entrado en la plaza con la intención de disolver el acto, repelió a los francotiradores apostados en las azoteas de los edificios. El fuego, en medio del cual habíamos quedado atrapados, no cesó hasta las tres de la mañana del día siguiente. Nunca se pudo precisar el número de muertos y heridos. Tampoco se identificó a los responsables de estos hechos sangrientos, pese a lo cual es admitido que se trató, de alguna manera, de un intento de acallar el descontento social por medio de la represión ejercida desde el propio gobierno presidido por Gustavo Díaz Ordaz.
El efímero canto de cisne de las protestas y de los propósitos revolucionarios tras la represión y la derrota política no sería en vano, no debería ser en vano. A pesar del rechazo de las vías reformistas en las jornadas revolucionarias, se abriría un nuevo periodo de cambios, asumidos y plasmados en la realidad social en diferentes ritmos e intensidades. En definitiva, el 2 de octubre del 68 triunfó mediante su fracaso. Fracasada como revolución, triunfó como reforma de una sociedad que a través de sus mártires ha podido mejorar la justicia social.

2 comentarios:

  1. Te preguto ¿el texto es de tu creación? ya que pareciera la vivencia de alguien que vivio la decada de los 60. y faltaria la referencia bibliografica, de lo contrario permiteme hacerte una felicitación de manera humilde, pues al realizar la lectura me trasladas a esa epoca, ademas eres muy puntual en cada uno de los hechos las fechas y los motivos.
    estamos en comunicación y te reitero no es necesario realizar ninguna correccion pues mi función no es la de dar veredictos, solo debo dar opiniones para retroalimentar su trabajo de impartición, lo cuál espero estar logrando.
    Atte. Hiram Escudero Pastrana.

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  2. Debo reconocer que el texto fue resultado de la consulta de diversas fuentes de información que me permitieron redactar en contexto con el fenomeno estudiado a través de una perspectiva multicausal, de ahi sólo deje volar la imaginación tratando de situarme en una epoca y en un lugar. Le agradezco de antemano su comentario y tratare de mejorar en la utilizacion de las referencias bibliograficas, pues me vali de ellas para situar el ambiente del relato aunque la parte literaria es de mi autoria.

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